El ensayo Emerson (1882) de Martí representa el más eximio ejemplo de «mosaico literario» en la prosa martiana. Como revelan las notas al pie de página, Martí interpola y castellaniza de diferentes maneras el discurso inglés, extractado de múltiples textos de Emerson en su propia escritura como si fueran hebras luminosas. Con ello busca no sólo representar fielmente el pensamiento del autor que retrata, sino que logra hacer presentes sus rasgos más definitorios, hasta componer una extraordinaria radiografía intelectual abierta a la connotación metafísica. Por medio de esa técnica de escritura Martí desencadena una recepción empática por la cual el lector, como él, en ciertos momentos intensos alcanza identificarse con Emerson. Se puede decir que el escritor cubano escribe de una manera tal, que de algún modo multiplica y suscita «la hora que cuenta», esa experiencia intuitiva deslumbradora que él mismo experimentó al fijar «los ojos, encendidos en deseos de ver esas seductoras maravillas, y pasear por el palacio de todas esas verdades, por entre esas páginas que encadenan y relucen, y que parecen espejos de acero que reflejan, a ojos airados de tanta luz, imágenes gloriosas». |
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